· Ciudad del Vaticano ·

Inicio del Año Jubilar 2025 en la Arquidiócesis Panamá

No hay esperanza sin el ejercicio concreto de la misericordia

 No hay esperanza  sin el ejercicio concreto  de la misericordia   SPA-001
10 enero 2025

Este 29 de diciembre, en medio de una emotiva celebración de apertura, la Arquidiócesis Iglesia de Panamá, dio inicio al camino del Año Jubilar 2025, bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”. Este evento marca un tiempo especial de gracia, conversión y reconciliación, convocado por el Papa Francisco. La celebración en la Arquidiócesis Panamá congregó a una multitud de fieles provenientes de diversas parroquias y movimientos eclesiales, quienes se congregaron en la histórica Parroquia de Santa en el que monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, realizó los ritos introductorios, invitando a los presentes a bendecir y alabar a Dios. Durante este acto, se proclamó una perícopa evangélica y se leyeron fragmentos de la bula de convocación del Jubileo Ordinario. Bajo una pertinaz lluvia, salió la peregrinación desde la parroquia de Santa Ana, avanzó hacia la Catedral Basílica, donde se realizó la bendición del agua y la aspersión de los fieles, recordando el sacramento del Bautismo. La ceremonia culminó con la Solemne Eucaristía, presidida por monseñor Ulloa y acompañado por su Eminencia José Luis Cardenal Lacunza, el Nuncio Apostólico, monseñor Dagoberto Campo Salas, y representantes de otras confesiones cristianas, como el Proto Presbítero Alexandros de la Iglesia Ortodoxa en Panamá.

Un llamado a la caridad y a la transformación social hizo Monseñor Ulloa, en su homilía, en la que destacó que este Jubileo es una oportunidad para renovar la fe y compartir el amor de Dios. “Aprovechemos este tiempo para acercarnos más al corazón de Cristo, compartiendo su amor con los más frágiles y descartados”, exhortó. El arzobispo subrayó que “Panamá necesita personas que, con gestos y acciones, transformen el ambiente social, cultural y la realidad política y económica”, invitando a los fieles a vivir la caridad con acciones concretas que, aunque pequeñas, pueden cambiar el entorno. Citó ejemplos de madres dedicadas, jóvenes voluntarios, profesionales comprometidos y comunidades que evangelizan y sanan. Monseñor Ulloa recordó que “no hay esperanza sin el ejercicio concreto de la misericordia”, invitando a los fieles a tocar “la carne de Cristo” en los más necesitados, siguiendo las obras de misericordia corporales y espirituales. Asimismo, destacó la importancia de la indulgencia plenaria, signo peculiar del Año Jubilar, que expresa la plenitud del perdón de Dios.